UNIDADES NO CONVENCIONALES DEL TIEMPO
Ayer, hoy, mañana... La mayoría de los niños tienen dificultad para aplicar estos sencillos conceptos de modo adecuado en su expresión verbal. Percibir de forma correcta cómo se desarrolla el tiempo es una tarea compleja para los más pequeño
Padres y docentes pueden ayudarles en el proceso de adquisición de las nociones temporales con distintos ejercicios, juegos y estrategias que trabajan la reconstrucción secuencial y cronológica del tiempo
Padres y docentes pueden ayudarles en el proceso de adquisición de las nociones temporales con distintos ejercicios, juegos y estrategias que trabajan la reconstrucción secuencial y cronológica del tiempo
Antes de que el niño adquiera la noción de tiempo,
ha de distinguir que hay series de sucesos que se realizan en un orden
temporal y que entre dos sucesos median intervalos, cuya duración hay que
valorar.
En cuanto a la duración de espacios temporales, el niño tiende a juzgar
la duración del tiempo, de acuerdo a la percepción visual (aunque dos
personas inicien y suspendan el movimiento a la vez, invierte más tiempo la
que recorre más distancia, o dos grifos que manan con la misma fuerza pero
en botellas de diferente capacidad y que se abren y cierran al mismo
tiempo, se invierte más tiempo en la que tiene más capacidad) o con
percepciones motoras (el tiempo depende de la velocidad con qué se recorre
un espacio aunque las dos personas inicien y suspendan el movimiento, al
mismo tiempo).
El vocabulario va siendo elaborado por un proceso de asociación.
Si juega y hay luz ⇒ “ es de día”
Cuando se levanta de la cama ⇒ “es por la mañana”
Hace frío ⇒ “es invierno”
Para medir el tiempo, hay que tener un medio adecuado para hacerlo, y
se puede aprovechar la ocasión para contar a los niños que los relojes no han
estado siempre. Para instruirles en el empleo de unidades no convencionales,
la maestra puede presentar les una vela dividida en secciones, por medio de
círculos de colores, próximos unos a otros, para que la unidad de tiempo sea
suficientemente breve. Se encarga a un grupo que mire la vela, mientras
otro realiza una actividad. Los que observan tienen que contar cuántas
señales se consumen mientras se realiza el trabajo.
Actividadess
Partes del día: para enseñarles a diferenciar estos conceptos, es útil mostrarles algunos de los elementos distintivos de cada una de estas etapas de la jornada, como el sol de día o la luna y las estrellas de noche, observar una puesta de sol o estar atento a qué hora sale la luna son actividades que le ayudarán a comprender lo mejor. Otro modo de trabajar estos conceptos se asienta en la asociación de las actividades generales que se realizan (día-vestirse-colegio, mediodía-almuerzo, tarde-merienda-juego, noche-pijama-cena-dormir).
Antes-ahora-después: enseñarles un álbum de fotos donde observen cómo eran antes y cómo son ahora, proponer les que cuenten cosas que se deben hacer antes o después de una actividad (lavarse las manos-comer, ponerse los patines-patinar, levantarse-vestirse) o contarles un cuento al revés y pedirles que lo ordenen son algunas actividades y juegos idóneos para incidir sobre estos conceptos.
Ayer-hoy-mañana: reforzar estos conceptos es fácil con un sencillo juego. Sobre una cartulina dividida en tres partes (ayer-hoy-mañana) se pide al niño que dibuje o escriba cada día sus actividades en cada periodo para que se fije en la correlación que hay entre los tres. Señalar y marcar acciones en los días de un calendario o preguntarle de forma sistemática qué ha hecho hoy o qué hizo ayer son otras oportunidades para trabajar la temporalidad.
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