jueves, 3 de enero de 2013

UNIDADES NO CONVENCIONALES DEL TIEMPO

UNIDADES NO CONVENCIONALES DEL TIEMPO
Ayer, hoy, mañana... La mayoría de los niños tienen dificultad para aplicar estos sencillos          conceptos de modo adecuado en su expresión verbal. Percibir de forma correcta cómo                                 se desarrolla el tiempo es una tarea compleja para los más pequeño
  Padres y docentes pueden ayudarles en el proceso de adquisición de las nociones                               temporales con distintos ejercicios, juegos y estrategias que trabajan                                                                  la reconstrucción secuencial y cronológica del tiempo



Antes de que el niño adquiera la noción de tiempo, 
ha de distinguir que hay series de sucesos que se realizan en un  orden
temporal y que entre dos sucesos median intervalos, cuya duración hay que 
valorar.

En cuanto a la duración de espacios temporales, el niño tiende a juzgar 
la duración del tiempo, de acuerdo  a la percepción visual (aunque dos 
personas inicien y suspendan el movimiento a la vez, invierte más tiempo la 
que recorre más distancia, o dos grifos que manan con la misma fuerza pero 
en botellas de diferente capacidad  y que se abren y cierran al mismo 
tiempo, se invierte  más tiempo en la que tiene más  capacidad)  o con 
percepciones motoras (el tiempo depende de la velocidad con qué se recorre 
un espacio aunque las dos personas inicien  y suspendan el movimiento, al 
mismo tiempo). 

El vocabulario va siendo elaborado por un proceso de asociación.   
Si juega y hay luz ⇒ “ es de día” 
 Cuando se levanta de la cama ⇒ “es por la mañana” 
Hace frío ⇒ “es invierno” 


Para medir el tiempo, hay que tener un medio adecuado para hacerlo, y 
se puede aprovechar la ocasión para contar a los niños que los relojes no han 
estado siempre. Para instruirles en el empleo de unidades no convencionales, 
la maestra puede presentar les una vela dividida en secciones, por medio de 
círculos de colores, próximos unos a otros, para que la unidad de tiempo sea 
suficientemente breve. Se encarga a un grupo que mire la vela, mientras 
otro realiza una actividad. Los que  observan tienen que contar cuántas 
señales se consumen mientras se realiza el trabajo. 

Actividadess

Partes del día: para enseñarles a diferenciar estos conceptos, es útil mostrarles algunos de los elementos distintivos de cada una de estas etapas de la jornada, como el sol de día o la luna y las estrellas de noche, observar una puesta de sol o estar atento a qué hora sale la luna son actividades que le ayudarán a comprender lo mejor. Otro modo de trabajar estos conceptos se asienta en la asociación de las actividades generales que se realizan (día-vestirse-colegio, mediodía-almuerzo, tarde-merienda-juego, noche-pijama-cena-dormir).

Antes-ahora-después: enseñarles un álbum de fotos donde observen cómo eran antes y cómo son ahora, proponer les que cuenten cosas que se deben hacer antes o después de una actividad (lavarse las manos-comer, ponerse los patines-patinar, levantarse-vestirse) o contarles un cuento al revés y pedirles que lo ordenen son algunas actividades y juegos idóneos para incidir sobre estos conceptos.

Ayer-hoy-mañana: reforzar estos conceptos es fácil con un sencillo juego. Sobre una cartulina dividida en tres partes (ayer-hoy-mañana) se pide al niño que dibuje o escriba cada día sus actividades en cada periodo para que se fije en la correlación que hay entre los tres. Señalar y marcar acciones en los días de un calendario o preguntarle de forma sistemática qué ha hecho hoy o qué hizo ayer son otras oportunidades para trabajar la temporalidad.





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